Creo que ya he dicho en alguna ocasión que observar desde la distancia a la gente que tengo a mi alrededor y a la que me voy encontrando por el camino es un pasatiempo que me enriquece y divierte a partes iguales. Y para estas líneas me vienen a la cabeza dos personas muy significativas para mí.
La primera es un tipo muy cercano, entrañable, con alma de explorador, audaz, soñador y lo mejor de todo, libre de tontunas mentales. Su pasión particular el mar, una tabla y una vela. Sabe exprimir el presente como nadie. Me atrevería a decir que eso de vivir el aquí y el ahora no es de Eckhart Tolle, sino que es cosa suya…así de osada soy. Disfruta del proceso completo. Desde la preparación de los equipos, la búsqueda de las mejores localizaciones para navegar, hasta llegar al ansiado instante en el que se sube a la tabla. A partir de ahí es él, el mar como mejor compañía y la mano del viento que le impulsa a una danza impecable. En un momento de su vida se topa con una inoportuna lesión que manda sus momentos gloriosos al traste y abre la puerta a otros de reflexión e introspección que le acompañan a mirar con perspectiva la composición y poner las fichas del juego en el lugar que corresponden. Es un tipo capaz de plantarse ante los reveses con un capote y mucho arte y espetarle un aquí estoy yo a lo Manolete, salvo por la montera indescriptible, most sorry, que me perdonen los taurinos. Se remanga sin contemplaciones y a transformar lo que era su pasión en el mar por la misma pasión en tierra. Y para ello construye con sus propias manos, mucho internet y toneladas de tesón, un carrovela. Una suerte de artilugio desconocido para mí, que le lleva a surfear en tierra, explanadas de mar abierto. Lo que admiro es su capacidad para aceptar el plato que la vida le pone delante, su imaginación para aderezarlo con las especies que más le gustan, llenarlo de salsa y seguir disfrutando hasta el último bocado, con la misma intensidad. Está claro que posibilidades hay muchas, mentes capaces de sobreponerse a los vientos desfavorables, quizá alguna menos. Eso es reinvención. Una persona energética y divertida que se come la vida a cada paso que da. Sigue leyendo